martes, 31 de diciembre de 2013

Muerte por incertidumbre


Tan inverosímil como tener el mar en la cuenca de las manos, tan frío como unas pupilas llenas de sarcasmo, tan insultante como una media sonrisa condescendiente, así fue el último adiós.

Azul, violeta, púrpura... colores que se mezclan en el camino del abandono del día. Bruma que cubre el horizonte en el que se recortan las siluetas de un amor perdido, marchitado, del que ya a penas queda un desdibujado reflejo sobre la superficie amarga de la decepción.

El reloj de arena rompió su dulce y lenta cadencia. Simplemente se perdió. La confusión cometió el más cruel de los asesinatos. Diagnóstico: muerte por incertidumbre.

Se rompió el ciclo, los números impares perdieron la partida. Los pares se enfrentan a la dura tarea de construir el sueño del olvido.