miércoles, 5 de septiembre de 2012

No les ves, no les ves

Vivo atrapada en mi propia coraza,  en un armazón de espinas hecho con mis propias entrañas.  Día a día un único sentimiento se erige protagonista, es la desesperación por no encontrar la salida, la eterna indecisión que se agarra y que se apodera de mi conciencia mientras me vuelve ciega ante el mundo que me rodea. Telea me llamo, Telea sin remedio.

Como un rumor sin razón ni espíritu deambulo por una carretera sin fin,  y siento que la desesperación vuelve... que se apodera otra vez de mi consciencia.

El dulce elixir me envuelve, me seduce y es tan fácil de seguir... Parece toda una eternidad y el ahogo no se va jamás, no me abandona.
Cuando la tregua se establece en mi deambular, es un espejismo...ya me ha vuelto a engañar. No es más que la mentirosa comodidad que te transforma para sobrevivir para tan sólo hacer de ti una mísera hoja en medio de su selva. Estoy ahí, inmóvil cual estatua humana y no les veo, no les veo… pasan cual fantasma en la oscuridad
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